martes, 5 de octubre de 2010

Desde la clandestinidad

Me tiro un texto de avendiego:
"Escribir no es hacer, no es decir. No es quemar las naves. No es agarrar tus cuatro pilchas y coger la mochila. Escribir no cambia el mundo. Escribir es construir un mundo con tanta vida como la duración de la batería de tu laptop. Escribir no es decir “te amo, conchetumadre”. No es abrazar. No es gritar. Escribir es decir y no decir. Es mandar, a la deriva, un mensaje en la botella. Es dorar la píldora. Escribir no es mandar a la mierda. No es golpear. Escribir es creer que el papel lo aguanta todo. Escribir es dejar una bomba de tiempo que no es ni un fuego artificial ...y que quizá ni explota. Escribir no es odiar. Escribir es no hacer. Escribir no es levantarse de la cama. No es agarrar la pala. No es construir una casa. Escribir no es hacer la guerra ni hacer la paz. Escribir no es ganar dinero. No es jugar al fútbol ni ganar. Escribir no es hacer amigos ni asesinar a tus enemigos. Escribir es un berrinche. Escribir no resucita a nadie. Escribir no es disparar. No es lanzarte del puente. Escribir no es implorar por tu vida. Escribir no es salvarte.

Escribir es un acto de cobardía."

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